Si creas las condiciones para que algo suceda, finalmente sucede.

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Silicon Valley, al sur de San Francisco, es, sin duda, el espacio de innovación más emblemático de todo el mundo. Esto es así, hasta el punto en el que responsables y expertos en desarrollo regional, han convertido Silicon Valley en objeto de peregrinaje. Acuden al área comprendida en torno a un radio de 50 km alrededor de San José, para conocer el referente en innovación y tecnología de todos los tiempos y poder construir lo que se conoce como “geografía de Silicons”: Silicon de Glen, en Escocia; el Silicon Wadi, en Israel o el Silicon Dragon, en China.

Las ‘olas de innovación’ en el Silicon Valley

Si hubiera que destacar un aspecto que reflejara lo más característico del Silicon Valley, éste sería, su capacidad para reinventarse a sí mismo en función de las nuevas tendencias tecnológicas que van emergiendo (ver gráfico adjunto). Esta capacidad de apuesta por el futuro, constituye, sin duda, lo que le diferencia de todos los demás espacios de innovación, ya que ningún otro ha logrado, durante tanto tiempo, mantenerse a la vanguardia de la innovación.

 

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En estos momentos, se está produciendo un debate apasionante en el propio “valley”, como lo denominan sus habitantes, sobre cuál será la próxima ola de innovación. A este respecto, la corriente dominante apunta en la dirección de ‘apostar’ por la convergencia de tres ámbitos:

1- el de las tecnologías de la información (infotech),

2- el de la biotecnología (biotech) y, por último,

3- el de la nanotecnología (nanotech)

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El ‘ecosistema’ de su éxito

Este ‘espíritu’ único del Silicon Valley que le ha llevado a transformarse de un ‘valle de emprendedores’ (valley of entrepreneurs) a un ‘valle emprendedor’ (entrepreneurial valley) está asentado en lo que podría denominarse su especial ‘ecosistema’.

- En su origen, jugó un papel trascendental, aunque no exclusivo, la Universidad de Stanford que gracias a la visión y dinamismo de algunos de sus dirigentes y profesores se convirtió en su principal impulsor.

- También fueron factores importantes el hecho de que no hubiera una tradición industrial previa que pudiera bloquear la apertura de la región hacia nuevas actividades económicas, así como la financiación por parte del gobierno federal de actividades de I+D orientadas hacía fines de defensa, lo que potenció sus centros tecnológicos.

- En el corazón de este particular ‘ecosistema’ se encuentra la parte más sutil y, posiblemente, menos imitable y que es lo que podría denominarse “capital social“. Se trata pues de la coexistencia de una vocación de competitividad y de cooperación, orientadas ambas a la innovación. Entendida con un sentido práctico de obtener éxito en el mercado. La verdadera obsesión de Silicon Valley.

- Y en medio de este entornos, se encuentra como principal valor social, la credibilidad de las personas, mediante sus acciones. Parafraseando el famoso dicho podría decirse que en el Silicon Valley: “tanto haces, tanto vales”.

A modo de resumen de todo lo anterior, se podría decir que los siguientes agentes fueron los provocadores del cambio, los que favorecieron la creación del Sillicon Valley:

- las universidades de Stanford y Berkeley generando I+D,

- los fondos de capital de riesgo, aportando capital,

- las empresas de cazatalentos proporcionando recursos humanos cualificados,

- los bufetes de abogados ayudando a proteger los derechos de propiedad intelectual de las innovaciones,

- un mercado laboral que favorece la movilidad,

- las stock options que compensan la movilidad con la necesaria lealtad a la empresa.

Este engranaje cultural e institucional, animado por el propio dinamismo del carácter puntero de los sectores sobre los que se asienta la economía del Silicon Valley, y la atracción que éste ejerce sobre los emprendedores de todo el mundo, han convertido a Silicon Valley en la “meca” de lo empresarial y la tecnología.

¿Se puede copiar el Silicon Valley?

A pesar de los muchos intentos, hasta ahora no se ha conseguido. Son muchos los elementos que lo componen (tal como muestra el siguiente gráfico) y se puede llegar a pensar que tampoco es previsible que se vaya a conseguir.

No obstante lo anterior, sí puede extraerse una lección decisiva del carácter ejemplar del Silicon Valley. A partir de recursos normales (la Universidad de Stanford no nació siendo lo que es en la actualidad), una región puede, gracias a la inteligencia de unos, y a la voluntad de otros, ir desarrollando las condiciones para pasar de ser un sitio marginal, a convertirse en el mismo epicentro de la nueva geografía económica de la sociedad de la información.

 

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Fuente:

Fundación Orange

 

 

 

 

 

 

 

 


el futuro está aquí